domingo, 27 de junio de 2010

Concienciología como auxilio a la psicología

Pinheiro, Líssia; Conscienciologia como auxílio à psicologia; trad. Túrin & Rodrigo Scheuer Brum; rev. Ana Clara Paulino; Artículo; Portal Ciência & Vida; Revista Pisque; Mensario; Ed. 48; Brasil; Disponible en 27.06.10.

Para una mejor comprensión de la relación entre Psicología y Proyecciología es necesario referirse a la Pensenología, que es el estudio de los "pensenes", neologismo de la Concienciología que se refiere a la fusión del pensamiento, los sentimientos y la energía. En otras palabras, por medio del análisis de los pensenes podemos identificar cómo funcionamos y nos manifestamos individualmente en las relaciones.

Según el investigador Waldo Vieira, los pensamientos pueden ser impresos en la materia. Así, pueden producirse alteraciones biológicas de acuerdo con los pensenes de la persona, lo cual puede influir en un funcionamiento equilibrado o generar disfunciones. Las acciones de una persona son, de algún modo, reflejo de sus patrones de comportamiento, ya sean estos saludables o patológicos, crónicos o no, o generadores de algunos disturbios emocionales.

La contribución de la psicología con técnicas terapéuticas cognitivas para identificar, examinar la realidad, y corregir conceptuaciones distorsionadas y creencias disfuncionales, ayuda al paciente a pensar y actuar de forma más realista y adaptativa en relación a sus problemas psicológicos, reduciendo los síntomas.

A partir de la concienciología, la psicología puede ampliar su visión, insertada en el campo de la ciencia convencional e ir más allá de las fronteras, trayendo un nuevo abordaje para la comprensión de las dificultades psicológicas.

Ambas ciencias (psicología y proyecciología) tienen un foco central que es la ayuda, auxilio y socorro a toda y cualquier persona que esté necesitando asistencia. Poseen en su esencia un foco asistencial. Ese punto de conexión es sin duda lo más importante y es el catalizador de acciones proactivas que pueden llevar al individuo a la autocura.

Por la Concienciología entendemos que la base de los trastornos mentales no está, en la mayoría de los casos solamente en esta vida actual, sino que puede estar relacionada con otras existencias, pudiendo haber un reflejo de vidas pasadas en el presente. Con la autoinvestigación constante, el individuo conquista una visión integrada de sí mismo, lo que permite la comprensión de las relaciones multiexistenciales y multimilenarias y nos coloca frente a frente con la necesidad de ampliar el enfoque terapéutico que pueda tener en consideración el registro de marcas y cicatrices de una vida a otra y cuánto interfiere eso en el comportamiento de cada uno, aunque al principio no tengamos comprensión de como todo eso funciona. Con eso hay una ampliación del autoconocimiento lo que traerá un nuevo sentido a la existencia humana. De esta forma, el individuo tiene más facilidad para admitir sus propias limitaciones, reconociendo sus potencialidades innatas, principalmente la posibilidad de auto-superación.

En la depresión, por ejemplo, la persona parece perder el sentido de la vida, sensación de vacío y angustia, como consecuencia de una falta de ánimo y energía para realizar sus acciones. A la luz del referencial teórico de la Terapia Cognitiva, esos aspectos pueden reflejar el paradigma personal negativo que la persona posee de sí misma. Para la Concienciología, considerando que los "afines se atraen", podemos entender que el patrón pensénico individual de una persona en depresión crea una conexión con conciencias extrafísicas con ese mismo tipo de pensamiento, sentimiento y energías, dificultando en muchos casos la salida de esta condición psicopatológica así como también parapsicopatológica (el prefijo "para" significa más allá de los cinco sentidos). Por eso la necesidad de una observación precisa de la propia actuación, admitiendo y aceptando la responsabilidad de cambiar las conductas equivocadas, la persona va estimulando la creación de "neosinapsis", es decir, busca nuevas formas de pensar, actuar y manifestarse dejando los viejos hábitos y adquiriendo nuevos hábitos más saludables. Por medio de estas neosinapsis sucede lo que llamamos "reestructuración pensénica", que acontece con la modificación/reestructuración en esta vida de toda forma de pensar y actuar de la persona que no traía resultados positivos y evolutivos para su vida, sino que sólo eran una estratagema en su estancamiento. Con la "reestructuración pensénica" la persona consigue cambiar o cualificar sus compañías. Aquellos que antes compartían nuestra forma de ser, hoy pueden tener un vínculo más fuerte.

Una analogía de nuestra vida cotidiana es cuando maduramos y aquellos amigos y grupos de conversación ya no nos sirven más porque estamos en otro momento de vida, y por eso las personas se distancian por falta de afinidad. Eso significa que los valores cambiaron, y lo que con ellos tenía sentido antes, hoy ya no lo tiene. Lo mismo ocurre con nuestras compañías extrafísicas que están con nosotros por afinidad pensénica. A medida que maduramos, aumentamos nuestra lucidez en cuanto a nuestra realidad acerca de nosotros mismos, pasa lo mismo con esas compañías extrafísicas o amigos extrafísicos. Nos dejamos de relacionar, ya que no más existe el link que antes existía o entonces nos relacionamos pero de otra manera, es decir, con más calidad, actualizados, con nuevos valores y modos de pensar.

Por eso, nuestro padrón pensénico refleja además de quienes somos quienes son nuestras compañías extrafísicas, pudiendo ser patológico o saludable, igualmente como puede pasar con nuestras amistades. ¿Cómo sabemos de eso? Por el resultado de nuestros pensamientos, sentimientos y energías, por nuestra salud física y mental, por nuestro estado emocional. Al observar la calidad de la manifestación de nuestro comportamiento en lo cotidiano, de las personas con quien nos relacionamos, siendo investigadores de nosotros mismos.

La Proyecciología como herramienta de autoinvestigación contribuye en el reconocimiento y entendimiento teórico-práctico de estas influencias extrafísicas y/o enfermizas, y sus consecuencias en la vida del individuo además de los diversos niveles de descompensaciones energéticas provenientes del propio individuo o de esas influencias.

Estas descompensaciones pueden ser desde un cansancio físico, dolores de cabeza resultados de una descompensación somática. Algo del cuerpo físico. Sin embargo podemos profundizar y verificar si este dolor de cabeza puede estar relacionado a la presencia de una conciex (influencia extrafísica).

De manera práctica, para analizar lo que de hecho ocurre es necesario realizar un chequeo en todo el holosoma. De qué manera, por ejemplo, observe como ha sido el día hasta el momento de inicio de dolor de cabeza, las personas con las cuales interactuó, como se encontraba al despertar, si el dolor empezó después que habló con alguien específico, cual era el asunto abordado, cual era el ambiente en el que usted estaba, como estaba su entorno, en fin, realizar ese sondeo de modo consistente, y asi traer datos sobre el estado físico, energético, emocional y mental.

Por veces, se puede descubrir que luego de hablar con tal persona siendo que la misma no se encontraba bien, empezó el dolor de cabeza. En esta situación, analizar no solamente el dolor de cabeza físico sino también la interacción energética que ocurrió. ¿Hubo una asimilación de las energías de una persona a la otra, y ocurrió la transmisión de mal estar?

Esas asimilaciones ocurren diariamente sin que tengamos lucidez de lo que pasa con nosotros y con los demás. Por este motivo, entender y admitir con discernimiento y criticidad la existencia de otras realidades más allá de la realidad física, nos ayuda a vivir mejor al mismo tiempo que auxiliamos a los demás de modo más efectivo y asertivo.

Líssia Pinheiro, psicóloga clínica y voluntaria del Área Técnico-Científico del Instituto Internacional de Proyecciología y Concienciología (IIPC).
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